Los niños regulan su apetito a su demanda de crecimiento
«Mi hijo no quiere comer» ¿Cuántas veces no oiremos esa frase al cabo del día? Es una conducta habitual en niños enrtre 1 y 3 años.
Esto desconcietta a los padres y crea un problema familiar constante.
Desde su nacimiento hasta el primer año, el bebé ha de crecer mucho y muy deprisa, con lo cual tiene mucho apetito, sin embargo en el primer año del bebé se produce la primera bajada en el apetito de los niños y empezamos con la quimera de la comida con nuestro hijo.
Lo primero que has de saber que entre 1 y 5 años el crecimiento es mas lento y necesitan menos calorías.
Hemos de ser conscientes de que como no necesita tanto, su propio metabolismo le regula el centro del apetito. Forzarlo puede ser perjudicial, pero tampoco podemos dejar que el niño decida qué como y cuando se lo come, la rutina es primordial y ha de respetarse escrupulosamente.
Si el pediatra que controla al niño no observa ningún problema en el desarrollo del niño no hay que forzarlo a comer ya que podría producir sentimientos negativos hacia la comida.
Mi hijo no quiere comer ¿Qué puedo hacer?
Establecer horarios concretos y respetarlos evirará que
- Desayuno
- Media mañana
- Comida
- Merienda
- Cena
Intentar siempre, en la medida de que las actividades de los padres lo permitan, comer en familia y sobre todo comer los mismos alimentos.
Creando ambiente, si mi hijo no quiere comer
Hacer de la comida un momento agradable compartiendo alimentos, charla y anécdotas agradables.
Evitar que la conversación en la mesa se centre exclusivamente sobre la comida o hablar de problemas a la hora de la comida. Esto puede predisponer a los padres a tener menos paciencia con el niño.
Hacer que el niño participe en la compra de los alimentos y en la elaboración de los platos.
Dar autonomía al niño y motivarlo con la importancia de comer solo como un adulto.
Conductas adecuadas a la hora de comer
La hora de la comida debe durar una media hora, pasado este tiempo, se retiran los alimentos de la mesa y ya no se toma nada más hasta la siguiente comida.
En la siguiente ingesta, tomará lo que toque en esa comida, según sea merienda o cena, no se guarda la comida que ha rechazado en la anterior ingesta. El niño debe entender esta práctica como una norma y no como un castigo.
No te rindas, dándole algún que otro alimento, sólo servirá para complicar la situación y que afiance su postura.
Alimentos a evitar
Evitar que el niño tome demasiada leche o productos lácteos, la leche contiene tantas calorías como la mayoría de los alimentos sólidos, esto puede llenar a los niños y disminuir su apetito. Limita la cantidad de leche a 500 ml al día.
Hay algunos alimentos que no deben entrar dentro de la alimentación del bebé, como galletas, yogures de sabores, zumos envasados, batidos, dulces industriales, patatas chips, etc.
Estos alimentos son muy calóricos, poco saludables y de baja calidad nutricional, su ingesta puede generar una falsa pérdida de hambre, ya que son muy saciantes, aunque no alimentan.
Otro gran problema de los alimentos industriales es su sabor artificial, está pensado y elaborado para gustar, sobre todo a los pequeños.
Si un niño crece con ese sabor artificial, se acostumbra y rechazará por inercia los sabores naturales de fruta, verdura, carne o pescado.
Resumen final
En definitiva, la alimentación, no es más que otro de los aprendizajes que el niño, igual que vestirse, hablar, y normas de higiene.
Y dada la importancia de la alimentación en la infancia, es importante la incorporación de sabores nuevos ha de ser progresiva y desde muy temprano, 5-6 meses, ya que aun su paladar no está viciado por ningún sabor artificial.
Esto es un proceso de paciencia y buen hacer, en ocasiones un bebé necesita probar cada alimento, hasta nueve veces para ser aceptado.
Te recomiendo probar con diferentes formas de cocinado, cocción, puré, rebozado, horno, etc.