La buena alimentación desde el principio
Creo que nadie me negará que los niños bien alimentados son adultos sanos y felices.
Como digo siempre, los niños son patrimonio de la humanidad, son el futuro, si les hacemos crecer débiles y con poca salud, serán adultos enfermos e inseguros.
Sin una buena alimetación, estamos poniendo en peligro el futuro de la humanidad.
La obesidad y el sobrepeso no es un problema de unos cuantos, es problema de todos, y todos hemos de arrimar el hombro para erradicarla.
¿Cómo aprenden los niños?
Los niños aprenden por estímulos desde el vientre materno, una vez fuera de él se sirve de los sentidos para incorporar conocimientos, la vista, el olfato, el tacto.
Ellos necesitan asociar elementos y se sirven de la repetición para fijar conocimientos de su entorno. Si aplicamos esto a la alimentación, no es necesario decir que los primeros ejemplos a seguir serán sus padres.
Aprenderá los sabores a través de la placenta de todos aquellos alimentos que su madre ingiera, y eso va a determinar sus preferencias por uno u otros alimentos una vez fuera del vientre materno.
Una sociedad obesogénica no produce Niños bien alimentados
Si hemos dicho anteriormente, que los niños aprenden por asociación, y repetición a través de los sentidos, muy difícil lo vamos a tener si continuamente a su alrededor, los alimentos no saludables están por todas partes.
Televisión, redes, anunció en parada de autobús, paredes de la ciudad, estanterías de cabecera en los supermercados, etc., de hecho pensamos que comemos lo que queremos, creemos que somos libres para elegir nuestra alimentación, en serio, nada más lejos de la realidad.
Comemos lo que la industria le interesa vender, y sobre todo les damos a nuestros hijos aquello con lo que las grandes empresas de alimentación ganan más dinero. Ninguna empresa, y tampoco la industria alimentaria, tiene como objetivo la salud del mundo,
El abismo del sedenterismo
Una sociedad obesogénica no la hace solamente una alimentación inadecuada, hay otro factor que interviene en la misma medida, el sedentarismo.
Dejemos de pensar que la alimentación es un 70 %, deporte 30 %, o cualquier otra combinación de proporcionalidad que se nos ocurra.
La ecuación que da positivo es alimentación 100 % + deporte 100 %. Cuando hablo de deporte en los niños, evidentemente hablo de vida activa. Para un niño de cualquier edad el ejercicio es jugar.
El niño ya pasa gran parte del día sentado ante un pupitre, las horas que queden libre antes de ir a dormir deben ser activas, saltar, correr, jugar al pilla pilla o cualquier otra juego que ponga en marcha sus piernas, su corazón y su imaginación.
Olvidemos el sofá y los videojuegos y salgamos a la calle a interactuar con el mundo y con los demás niños.