Las verduras de invierno nos aportan esos nutrientes necesarios para enfrentar las frías temperaturas del invierno que se avecina.
Preparan a nuestro organismo para los inevitables catarros y resfriados, actúan como antibióticos naturales frente a los virus invernales.
Es importante consumir alimentos de temporada, de la tierra ellos extraen los nutrientes necesarios para cada estación del año.
¿Qué verduras debo comer en invierno?
Alimentos de temporada: Verduras de invierno:
- Acelgas
- Espinacas
- Alcachofas
- Calabaza
- Col (berza o repollo)
- Coliflor
- Coles de Bruselas
- Champiñones
- Guisantes
- Habas
- Judías verdes
- Puerros
- Cardo
- Remolacha
- Rábano
- Lechuga de hoja de roble.
Hortalizas aliáceas
Como la cebolla, ajo y puerro tienen propiedades mucolíticas y antisépticas:
- Ablandan la mucosidad
- Favorecen la expulsión de moco
- Actúan contra los gérmenes (bacterias o virus) causantes o agravantes de la afección.
La inhalación de la esencia que desprende una cebolla o cualquier otra hortaliza aliácea ayuda a eliminar la mucosidad e incluso puede aliviar la tos.
Los compuestos azufrados que forman el aceite esencial de estos alimentos pasan rápidamente a la sangre nada más llegar al estómago y se eliminan enseguida por los pulmones. Esto hace que a los pocos minutos de haber comido cebolla o ajo, el aliento adquiera ese olor tan característico, así como el olor tan particular que desprenden durante la cocción.
La importancia de las vitaminas C y A
El déficit de vitamina C reduce la resistencia a las infecciones, lo que puede comprometer nuestra salud durante días o semanas.
Las verduras de la familia de las coles son las más ricas en vitamina C y ácido cítrico, que potencia la acción beneficiosa de esta vitamina.
La vitamina C es sensible al calor y a la oxidación. De ahí el interés de incluir cada día verduras crudas en forma de ensaladas o ligeramente cocinadas para minimizar las pérdidas de este nutriente.
Verduras de invierno: Fuente importante de antioxidantes naturales
- Antocianinas (color morado)
- Beta-carotenos (color amarillo-anaranjado-rojizo, enmascarado por la clorofila)
- Compuestos sulfurosos.
La investigación más puntera indica la capacidad de estas sustancias para impedir el desarrollo de tumores, aunque todavía no hay consenso científico y queda mucho terreno para estudiar.
Por otra parte, nuestro organismo necesita vitamina A para mantener en buen estado la piel y las mucosas. (entre ellas, las que recubren el interior de los bronquios) y reducir el riesgo de afecciones respiratorias.
La zanahoria es el alimento más abundante en betacaroteno, antioxidante que en el intestino acaba transformándose en vitamina A a medida que el organismo la necesita.
Las hojas del nabo, los grelos, además de su riqueza en folatos, vitamina C y vitamina E, contienen beta carotenos en importante cantidad.
El betacaroteno o provitamina-A no se destruye con el calor, por lo que esta sustancia no se ve disminuida con la cocción de los alimentos. Con un consumo abundante de estas verduras mejoraremos el estado de la mucosa bronquial y aliviaremos la tos.
Frutas y verduras de invierno, un aliado para la salud
- Kiwi
- Limón
- Mandarina
- Naranja
- Pomelo
- Frutas tropicales: papaya, chirimoya y piña
Frutas desecadas
Higos y dátiles) son frutas de esta temporada que conviene consumir para proveernos de vitaminas.
La abundancia vitamínica es una de las principales señas de identidad de cualquier fruta, si bien unas contienen vitaminas que apenas aparecen en otras.
Consejos para aprovechar al máximo las vitaminas
La mejor forma de aprovechar las cualidades nutritivas de cualquier fruta es consumiéndola cruda.
Conviene no excederse en el pelado, ya que la parte más externa, justo debajo de la piel, es la que concentra mayor cantidad de vitaminas.
Si opta por tomarla con piel, no olvide lavarla para eliminar los posibles restos de pesticidas y otros contaminantes que pudieran hallarse concentrados en la piel.
Trocear la fruta supone poner mayor superficie del alimentos en contacto con el oxígeno, por lo que la pérdida de vitaminas por oxidación es mayor. Por tanto, lo más recomendable es partirla justo en el momento en que se vaya a consumir.
Ocurre lo mismo con los batidos y purés: si queremos conseguir todo su aporte vitamínico hemos de consumirlos inmediatamente después de elaborarlos.