Ultraprocesados: el nuevo tabaquismo que estamos permitiendo
noviembre 24, 2025

En los últimos años el consumo de ultraprocesados se ha disparado hasta el punto de compararse con el tabaquismo. No es solo una cuestión de alimentos; es un cambio social profundo en cómo entendemos la salud, la familia y la responsabilidad personal. Además, este fenómeno revela la desconexión creciente con lo básico: cuidarnos.
Ultraprocesados: el nuevo tabaquismo que estamos permitiendo
La reciente noticia que afirma que el consumo de ultraprocesados se ha triplicado en España —y que ya se consideran “el nuevo tabaquismo”— no sorprende a quienes llevamos años advirtiéndolo. Sin embargo, sí debería alarmarnos. No hablamos solo de un cambio en los hábitos alimentarios: hablamos de una transformación cultural que afecta a nuestros valores y a la forma en la que entendemos la salud, la familia y la responsabilidad personal. En consecuencia, ignorarlo ya no es una opción.
👉 Y sí, lo diré con claridad: hemos llegado a este punto por una mezcla peligrosa entre comodidad, dejadez y la falsa creencia moderna de que cocinar es “anticuado”.
Una sociedad que confunde modernidad con comodidad
Nos hemos convertido en una sociedad que siente orgullo de “no tener tiempo para cocinar”, como si fuera un símbolo de éxito o independencia. Además, se asume como “moderno” decir que no pisas la cocina, que comes cualquier cosa “sobre la marcha”, o que tu vida es tan acelerada que solo puedes funcionar a base de productos preparados.
Sin embargo, modernidad no significa renunciar al cuidado personal.
Tampoco implica alimentarnos de química.
Mucho menos consiste en educar a una generación que no sabe hacerse un huevo o unas lentejas.
Tampoco implica alimentarnos de química.
Mucho menos consiste en educar a una generación que no sabe hacerse un huevo o unas lentejas.
De hecho, la verdadera modernidad es elegir conscientemente lo que te nutre. Es cuidar tu cuerpo, tu energía y tu longevidad. Finalmente, es enseñar a tus hijos —niños y niñas— que la salud no se improvisa y que la comida merece espacio en tu agenda diaria.
La cocina dejó de heredarse... y ahora pagamos el precio
Durante décadas, muchas madres dejaron de enseñar a sus hijas e hijos a cocinar porque parecía “algo pasado de moda”, “algo que ya no era necesario” o “algo que la vida moderna resolvería”. Y la vida moderna lo resolvió, sí: con ultraprocesados, con azúcar, con aditivos y con una industria que aprovecha cada minuto que tú dices no tener.
Cocinar no es una carga; por el contrario, es una forma de autocuidado y un acto de amor hacia ti y hacia los tuyos.
Hoy tenemos generaciones enteras de adultos que no saben planificar un menú. Aun así, consideran normal comer comida lista en 3 minutos y creen que la cocina es opcional. Y no, no lo es.
Los ultraprocesados son el síntoma, no la causa
La industria de ultraprocesados crece porque estamos dispuestos a comprar. Además, compramos porque hemos normalizado la ausencia de tiempo para lo esencial. Trabajamos más que nunca, dormimos menos que nunca y cocinamos menos que ninguna generación anterior.
El resultado:
- Mayor riesgo de muerte prematura.
- Más obesidad.
- Más enfermedades metabólicas.
- Más niños que crecen sin conocer el sabor real de los alimentos.
Por lo tanto, los ultraprocesados no son el enemigo único; son el síntoma de una sociedad que ha dejado de priorizar la salud y el aprendizaje básico del autocuidado.
El cambio empieza en casa (y con responsabilidad)
Tenemos que recuperar la cocina como habilidad esencial. Además, debemos enseñar a niños y niñas por igual. Preparar comida no es una esclavitud, sino un privilegio y una forma de libertad.
👉 Ser independiente también es ser capaz de alimentarte bien.
Por eso, no podemos delegar nuestra salud en la industria. Tampoco podemos seguir creyendo que comer es algo que se improvisa. Finalmente, no podemos permitir que la comodidad decida por nosotros.
Volver a la base no es retroceder; es avanzar con sentido.
Cambiar tu relación con la comida y recuperar la cocina en tu día a día es una de las decisiones más poderosas que puedes tomar para cuidar tu salud presente y futura.
Preguntas frecuentes
¿Qué se considera un alimento ultraprocesado?
Son productos con una larga lista de ingredientes, ricos en azúcares añadidos, grasas de mala calidad, sal, aditivos y saborizantes, y con poca presencia de alimento real. Suelen venir listos para consumir o calentar y desplazan a la comida fresca del día a día.
¿Es realmente tan grave el impacto de los ultraprocesados en la salud?
Un consumo elevado se asocia con más obesidad, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, peor calidad de la dieta y mayor riesgo de mortalidad. No es un capricho ni una moda: es un problema de salud pública que afecta ya a personas cada vez más jóvenes.
¿Por dónde empiezo si casi todo lo que como es ultraprocesado?
Empieza por pequeños cambios: desayunos sencillos con alimentos frescos, añadir fruta y verdura cada día, reducir bebidas azucaradas, leer etiquetas y reservar un rato semanal para cocinar básico (legumbres, verduras, proteínas). Lo importante es avanzar, no hacerlo perfecto.