¿Dónde se originan los trastornos de la alimentación? Causas y señales en la adolescencia

Trastornos de la alimentación en la adolescencia: qué es un trastorno de la alimentación
Trastornos de la alimentación en la adolescencia: hablar de esto no es para asustar, es para prevenir. Una buena alimentación (y una relación sana con la comida) influye en el desarrollo físico, en el estado de ánimo y en la salud mental, tanto en la adolescencia como en la edad adulta.
Desde muy pequeños, a través de la alimentación materna, los niños aprenden sensaciones de seguridad, bienestar y afecto. De esa primera relación con la comida puede depender, en parte, cómo vivirán la alimentación a lo largo de su vida.
El objetivo de este post es avisar, advertir y poner sobre la mesa las consecuencias que una relación dañina con la comida puede acarrear. Vamos a ver qué son los trastornos de la conducta alimentaria y las variantes más conocidas.
Un trastorno hace referencia a un conjunto de síntomas y conductas de riesgo que pueden presentarse con distintos niveles de severidad.
Los trastornos de la alimentación aparecen cuando la persona desarrolla conductas persistentes que afectan de forma importante a su salud física o mental: restricción extrema, atracones, purgas, obsesión por el peso, miedo intenso a engordar o una preocupación constante por la “pureza” de los alimentos.
En los últimos años se han convertido en un problema social, no solo por el aumento de casos y de variantes, sino porque afectan también al entorno familiar, escolar y social.
Si quieres una explicación clara y fiable, aquí tienes una fuente médica en español: Trastornos de la conducta alimentaria (MedlinePlus).
Trastornos de la alimentación en la adolescencia: ¿quiénes son susceptibles de padecerlos?
Con frecuencia, los trastornos de la alimentación comienzan en la adolescencia y pueden prolongarse hasta la edad adulta si no se detectan y tratan a tiempo.
Las edades donde más suelen aparecer están entre los 12 y los 17 años, coincidiendo con la pubertad y con cambios físicos y psicológicos intensos.
Sus repercusiones pueden ser serias: aislamiento, abandono escolar, depresión, abuso de sustancias y problemas médicos. Por eso es clave no normalizar señales como el miedo a comer, la culpa constante o la obsesión por el cuerpo.
👉 Si sospechas que tu hija o tu hijo puede estar en riesgo, el primer paso no es confrontar ni juzgar, es observar, escuchar y pedir ayuda profesional.
Trastornos de la alimentación en la adolescencia: tipos más frecuentes y señales
Anorexia
La anorexia se caracteriza por un temor intenso a aumentar de peso y por una percepción distorsionada del propio cuerpo. La persona puede verse “gorda” aunque su peso esté por debajo de lo recomendado.
Señales comunes:
- Obsesión por la delgadez.
- Rechazo hacia la comida o hacia grupos de alimentos.
- Miedo a la obesidad.
- Negación o falta de conciencia de enfermedad.
Bulimia
La bulimia suele implicar una obsesión por la comida y por el control. Se alternan periodos de restricción con atracones que generan culpa, y aparecen conductas compensatorias (vómito, laxantes, ejercicio excesivo).
Señales comunes:
- Abuso de laxantes o diuréticos.
- Ejercicio físico exagerado como “castigo”.
- Atracones seguidos de culpa intensa y compensaciones.
- Oscilaciones entre control extremo y pérdida de control.
Vigorexia
La vigorexia es de las más difíciles de detectar. Afecta principalmente a chicos y muchas veces empieza como “vida muy sana”: gimnasio, comida “limpia”, rechazo al alcohol. Al principio, a los padres incluso les parece positivo.
Con el tiempo, el deporte y la alimentación se convierten en obsesión. Entrenar pasa a ser el centro de la vida y la alimentación se vuelve monótona, muy proteica y rígida.
Características de la vigorexia
- Baja autoestima.
- Visión distorsionada del propio cuerpo (se ven débiles o “enclenques”).
- Preocupación excesiva por aumentar masa muscular.
- Pesarse muy a menudo y mirarse continuamente al espejo.
- Aislamiento social: la vida gira alrededor del gimnasio.
- No faltar al entrenamiento incluso estando enfermos.
Drunkorexia
La drunkorexia afecta a chicos y chicas. Consiste en cambiar comida por alcohol para “compensar” calorías. Es especialmente peligrosa porque combina malnutrición y consumo de alcohol, y puede coexistir con anorexia o bulimia, aumentando los riesgos.
¿Por dónde se empieza en la drunkorexia?
Puede suceder de dos maneras:
- No como para poder beber.
- Dejo de comer después de beber por “haber consumido demasiadas calorías”.
Beber con el estómago vacío aumenta rápidamente el alcohol en sangre y fuerza al hígado a trabajar de forma desmedida. Si además hay un sistema inmune comprometido por malnutrición, el riesgo se multiplica.
Ortorexia
La ortorexia nerviosa es una obsesión por comer “perfecto” o “ultrasano”. Parece un hábito saludable, pero cuando se vuelve rígido y compulsivo puede llevar a desnutrición, aislamiento y un deterioro importante de la salud.
¿Cómo se ven los alimentos desde la ortorexia?
- Alimentos “peligrosos”: con conservantes o aditivos.
- Alimentos “artificiales”: producidos industrialmente.
- Alimentos “saludables”: producidos “biológicamente”.
La obsesión por la comida sana puede terminar en una dieta monótona que excluye carne, grasas, alimentos cultivados con pesticidas o productos “no perfectos”, dejando carencias de nutrientes esenciales.
Trastornos de la alimentación en la adolescencia: puntos en común
- Obsesión por un cuerpo “perfecto”, alimentada por estereotipos y redes.
- Baja autoestima.
- Aislamiento y soledad.
- Deterioro de la salud y riesgo grave si no se trata.
- Relación inadecuada con la alimentación.
Si además te preocupa el impacto de las dietas virales en jóvenes, lee también: la dieta de las princesas. Y si buscas una salida que no sea “otra dieta más”: hacer dieta no está de moda.
Trastornos de la alimentación en la adolescencia: qué hacer si lo sospechas
Si notas señales de alarma (aislamiento, control extremo, miedo a comer, vómitos, atracones, bajar de peso rápido, obsesión por el gimnasio o la “comida perfecta”), no lo dejes pasar. Cuanto antes se actúe, mejor pronóstico hay.
Ahora te leo: ¿qué te preocupa más en la adolescencia: redes sociales, presión estética, dietas virales, “comer perfecto” o el alcohol? Déjamelo en comentarios y te respondo con señales prácticas a observar.
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