Skip links

¿Dónde se originan los trastornos de la alimentación? Causas y señales en la adolescencia

Mar Cobos

Trastornos de la alimentación en la adolescencia: señales de alerta y prevención
Detectar a tiempo cambia el pronóstico: señales y tipos de TCA en adolescentes.

Trastornos de la alimentación en la adolescencia: qué es un trastorno de la alimentación

Trastornos de la alimentación en la adolescencia: hablar de esto no es para asustar, es para prevenir. Una buena alimentación (y una relación sana con la comida) influye en el desarrollo físico, en el estado de ánimo y en la salud mental, tanto en la adolescencia como en la edad adulta.

Desde muy pequeños, a través de la alimentación materna, los niños aprenden sensaciones de seguridad, bienestar y afecto. De esa primera relación con la comida puede depender, en parte, cómo vivirán la alimentación a lo largo de su vida.

El objetivo de este post es avisar, advertir y poner sobre la mesa las consecuencias que una relación dañina con la comida puede acarrear. Vamos a ver qué son los trastornos de la conducta alimentaria y las variantes más conocidas.

Un trastorno hace referencia a un conjunto de síntomas y conductas de riesgo que pueden presentarse con distintos niveles de severidad.

Los trastornos de la alimentación aparecen cuando la persona desarrolla conductas persistentes que afectan de forma importante a su salud física o mental: restricción extrema, atracones, purgas, obsesión por el peso, miedo intenso a engordar o una preocupación constante por la “pureza” de los alimentos.

En los últimos años se han convertido en un problema social, no solo por el aumento de casos y de variantes, sino porque afectan también al entorno familiar, escolar y social.

Si quieres una explicación clara y fiable, aquí tienes una fuente médica en español: Trastornos de la conducta alimentaria (MedlinePlus).

Trastornos de la alimentación en la adolescencia: ¿quiénes son susceptibles de padecerlos?

Con frecuencia, los trastornos de la alimentación comienzan en la adolescencia y pueden prolongarse hasta la edad adulta si no se detectan y tratan a tiempo.

Las edades donde más suelen aparecer están entre los 12 y los 17 años, coincidiendo con la pubertad y con cambios físicos y psicológicos intensos.

Sus repercusiones pueden ser serias: aislamiento, abandono escolar, depresión, abuso de sustancias y problemas médicos. Por eso es clave no normalizar señales como el miedo a comer, la culpa constante o la obsesión por el cuerpo.

👉 Si sospechas que tu hija o tu hijo puede estar en riesgo, el primer paso no es confrontar ni juzgar, es observar, escuchar y pedir ayuda profesional.

Trastornos de la alimentación en la adolescencia: tipos más frecuentes y señales

Anorexia

La anorexia se caracteriza por un temor intenso a aumentar de peso y por una percepción distorsionada del propio cuerpo. La persona puede verse “gorda” aunque su peso esté por debajo de lo recomendado.

Señales comunes:

  • Obsesión por la delgadez.
  • Rechazo hacia la comida o hacia grupos de alimentos.
  • Miedo a la obesidad.
  • Negación o falta de conciencia de enfermedad.

Bulimia

La bulimia suele implicar una obsesión por la comida y por el control. Se alternan periodos de restricción con atracones que generan culpa, y aparecen conductas compensatorias (vómito, laxantes, ejercicio excesivo).

Señales comunes:

  • Abuso de laxantes o diuréticos.
  • Ejercicio físico exagerado como “castigo”.
  • Atracones seguidos de culpa intensa y compensaciones.
  • Oscilaciones entre control extremo y pérdida de control.

Vigorexia

La vigorexia es de las más difíciles de detectar. Afecta principalmente a chicos y muchas veces empieza como “vida muy sana”: gimnasio, comida “limpia”, rechazo al alcohol. Al principio, a los padres incluso les parece positivo.

Con el tiempo, el deporte y la alimentación se convierten en obsesión. Entrenar pasa a ser el centro de la vida y la alimentación se vuelve monótona, muy proteica y rígida.

Características de la vigorexia

  • Baja autoestima.
  • Visión distorsionada del propio cuerpo (se ven débiles o “enclenques”).
  • Preocupación excesiva por aumentar masa muscular.
  • Pesarse muy a menudo y mirarse continuamente al espejo.
  • Aislamiento social: la vida gira alrededor del gimnasio.
  • No faltar al entrenamiento incluso estando enfermos.

Drunkorexia

La drunkorexia afecta a chicos y chicas. Consiste en cambiar comida por alcohol para “compensar” calorías. Es especialmente peligrosa porque combina malnutrición y consumo de alcohol, y puede coexistir con anorexia o bulimia, aumentando los riesgos.

¿Por dónde se empieza en la drunkorexia?

Puede suceder de dos maneras:

  • No como para poder beber.
  • Dejo de comer después de beber por “haber consumido demasiadas calorías”.

Beber con el estómago vacío aumenta rápidamente el alcohol en sangre y fuerza al hígado a trabajar de forma desmedida. Si además hay un sistema inmune comprometido por malnutrición, el riesgo se multiplica.

Ortorexia

La ortorexia nerviosa es una obsesión por comer “perfecto” o “ultrasano”. Parece un hábito saludable, pero cuando se vuelve rígido y compulsivo puede llevar a desnutrición, aislamiento y un deterioro importante de la salud.

¿Cómo se ven los alimentos desde la ortorexia?

  • Alimentos “peligrosos”: con conservantes o aditivos.
  • Alimentos “artificiales”: producidos industrialmente.
  • Alimentos “saludables”: producidos “biológicamente”.

La obsesión por la comida sana puede terminar en una dieta monótona que excluye carne, grasas, alimentos cultivados con pesticidas o productos “no perfectos”, dejando carencias de nutrientes esenciales.

Trastornos de la alimentación en la adolescencia: puntos en común

  • Obsesión por un cuerpo “perfecto”, alimentada por estereotipos y redes.
  • Baja autoestima.
  • Aislamiento y soledad.
  • Deterioro de la salud y riesgo grave si no se trata.
  • Relación inadecuada con la alimentación.

Si además te preocupa el impacto de las dietas virales en jóvenes, lee también: la dieta de las princesas. Y si buscas una salida que no sea “otra dieta más”: hacer dieta no está de moda.

Trastornos de la alimentación en la adolescencia: qué hacer si lo sospechas

Si notas señales de alarma (aislamiento, control extremo, miedo a comer, vómitos, atracones, bajar de peso rápido, obsesión por el gimnasio o la “comida perfecta”), no lo dejes pasar. Cuanto antes se actúe, mejor pronóstico hay.

Ahora te leo: ¿qué te preocupa más en la adolescencia: redes sociales, presión estética, dietas virales, “comer perfecto” o el alcohol? Déjamelo en comentarios y te respondo con señales prácticas a observar.

Si necesitas orientación profesional, puedes pedir cita aquí: SOLICITA TU CITA AQUÍ.

Hablar a tiempo de los trastornos de la alimentación es un acto de cuidado: ponerles nombre, mirar las señales y pedir ayuda puede marcar la diferencia en la vida de un adolescente.

Preguntas frecuentes

¿Cuáles son las señales más frecuentes de un trastorno de la alimentación en la adolescencia?

Pueden aparecer miedo intenso a engordar, cambios bruscos de peso, restricción excesiva o atracones, conductas compensatorias, obsesión con el cuerpo o la comida, aislamiento social, irritabilidad y uso de comida o ejercicio como castigo o recompensa.

¿A partir de qué edad suelen aparecer los trastornos de la conducta alimentaria?

Suelen iniciarse entre los 12 y los 17 años, coincidiendo con los cambios físicos y emocionales de la pubertad, aunque pueden aparecer antes o después. Por eso es importante estar atento a la relación con la comida y el cuerpo desde la preadolescencia.

¿Qué hacer si sospecho que mi hijo o hija tiene un trastorno de la alimentación?

Evita los reproches y el enfrentamiento directo. Observa, escucha y muestra preocupación desde el cariño. Pide ayuda profesional cuanto antes (pediatra, médico de familia, psicología, nutrición especializada) y coordina el apoyo con el entorno escolar y familiar.