Síntomas de falta de vitamina D: cómo saber si tienes déficit

A pesar de ello, muchas mujeres necesitan un suplemento de vitamina D en su dieta. Esto es preocupante, porque la vitamina D es esencial para numerosos procesos fisiológicos, pero sobre todo para la correcta asimilación del calcio por los huesos. Cuidar sus niveles es una inversión directa en tu salud ósea y general.
Beneficios de la vitamina D en tu salud
- Es esencial para la absorción del calcio en el intestino.
- Ayuda al mantenimiento de huesos y dientes fuertes.
- Contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunológico.
- Podría ofrecer protección frente a ciertas enfermedades crónicas.
Si quieres profundizar en la relación entre alimentación y vitamina D, puedes leer este artículo sobre la vitamina D y la alimentación.
Falta de vitamina D y absorción del calcio
La vitamina D se produce de forma natural en la piel a partir de la exposición solar. Sin embargo, pasamos más horas en interiores y también existe un lógico miedo a la sobreexposición por su relación con el cáncer de piel. Disfrutar de entre 20 y 30 minutos de sol al día, evitando las horas centrales y protegiendo la piel, puede ser muy beneficioso para estimular su producción.
¿Cómo afecta la falta de vitamina D en el organismo?
Osteoporosis y fragilidad ósea
Disfunción muscular
Sistema nervioso
Sistema inmunológico y enfermedades crónicas
Además, niveles adecuados de vitamina D pueden influir en enfermedades crónicas como la diabetes tipo II, algunos problemas cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, como el de colon. También se estudia su relación con patologías autoinmunes. Para más información puedes consultar los datos sobre vitamina D de los NIH.
Embarazo y falta de vitamina D
Síntomas de falta de vitamina D que no deberías ignorar
- Fatiga y cansancio persistente.
- Dolor muscular y óseo.
- Debilidad muscular.
- Cambios en el estado de ánimo o irritabilidad.
- Tendencia a la depresión o apatía.
Carencia de vitamina D en los niños
¿Por qué se produce la falta de vitamina D?
- Insuficiente ingesta de vitamina D en la dieta.
- Problemas de absorción intestinal, que impiden aprovechar la vitamina D de los alimentos.
- Escasa exposición a la luz solar.
- Alteraciones en riñón o hígado, órganos clave en la conversión de la vitamina D a su forma activa.
- Uso de ciertos medicamentos que interfieren en su absorción o metabolismo.
¿Qué personas tienen más riesgo de déficit de vitamina D?
- Bebés alimentados exclusivamente con leche materna, si la madre también está en déficit.
- Personas mayores, cuya piel produce menos vitamina D y cuyos riñones la activan peor.
- Personas con piel oscura, ya que la melanina reduce su producción en la piel.
- Personas con enfermedades digestivas como celiaquía o enfermedad de Crohn.
- Personas con obesidad, porque la vitamina D puede quedar “secuestrada” en el tejido graso.
- Personas sometidas a cirugía bariátrica, al alterarse la absorción intestinal.
¿Cómo podemos aumentar los niveles de vitamina D?
- Aumentar la exposición moderada al sol: entre 20 y 30 minutos diarios, evitando las horas centrales, pueden ser suficientes en muchas personas.
- Cuidar la alimentación: incluir alimentos que aporten vitamina D y seguir una alimentación equilibrada.
- Tomar suplementos de vitamina D: solo cuando un profesional de la salud lo considere necesario tras una analítica.
Si sospechas que puedes tener síntomas de falta de vitamina D, lo más importante es consultar con tu médico, realizar una analítica y, a partir de ahí, valorar los cambios necesarios en tu estilo de vida y en tu alimentación.