Cada vez que digo esta frase de “escucha a tu cuerpo”, la gente me mira con cara de se te ha ido de la manos, te estás volviendo demasiado mística y, la verdad, los entiendo.
Escuchar la salud de tu cuerpo noes más que sentido común para conseguir bienestar personal. Hace mucho tiempo que aprendí que la mejor medicina es aquella que no tengo que tomar.
Escucha a tu cuerpo, el te habla claro
Se trata de detectar las causas de nuestros problemas de salud física o mental, haciendo un análisis de nosotros mismos y aportar soluciones dejando que el cuerpo actúe como debe actuar, porque no creo que os desvele nada nuevo, cuando os digo que la naturaleza es sabia, muy sabia señores.
Gripe
Por ejemplo, cuando padecemos una simple gripe, rápidamente con los primeros síntomas de malestar nuestro cuerpo nos está queriendo decir algo, la cuestión es interpretar lo que nos pretende contar.
La mayoría de la gente tras los primeros síntomas corre a tomarse algún medicamento paliativo, algo que acalla las voces que nos hablan desde dentro.
La gripe no tiene cura, es decir, los medicamentos que se toman simplemente calman los síntomas, pero en nuestro cuerpo se está librando una batalla sin cuartel contra los virus intrusos. De ahí nuestro malestar: nos sube la temperatura por la guerra que se está desarrollando, que pone a toda nuestra maquinaria a trabajar.
El malestar que sentimos nos indica que necesitamos descanso para poder ahorrar energía y concentrar todas las fuerzas en un mismo.
Al tomar un medicamenteo disfrazamos los síntomas, conseguimos sentimos mejor, y al creernos recuperados, seguimos con nuestro ritmo de vida de siempre, desoyendo lo que nuestro cuerpo nos decía: «Necesito un descanso»
Aliméntate y escucha a tu cuerpo
Avisos informativos que podemos mejorar notablemente con una buena alimentación
- Caída del cabello
- Reglas más dolorosas o abundantes
- Infecciones de orina
- Piel seca
- Rojeces
Todos estos síntomas nos avisan de que algo no está bien dentro de nosotros, algo está fallando o ha fallado en algún momento determinado.
Si no eres capaz de identificar las señales de carencias alimenticicas como vitaminas y minerales que hay en tu cuerpo, lo mejor es que acudas a una dietista y que ella te ayude a paliar tus carencias a través de la alimentación.
Cuando tu cuerpo te grita
Hay síntomas más frecuentes, con el que nuestro cuerpo nos está gritando que podemos aliviar, mejorando la alimentación a largo plazo.
- Mareos frecuentes: puede ser debido a la ansiedad, puede además causarnos temblores y mareos e incluso vértigo.
- Orina oscura: puede ser consecuencia de que nos está faltando hidratación en el organismo y que debemos tomar más agua, aunque también es síntoma de infecciones urinarias.
- Tensión muscular y hormigueos: el estrés puede producir tensión muscular en la nuca y en la espalda, sensación de hormigueo en brazos y piernas y escalofríos. Además, puede generar taquicardia y palpitaciones, distensión abdominal e impotencia sexual.
- Tos permanente: puede ser drenaje postnasal que queda de la alergia, espasmos en las vías respiratorias, fibrosis pulmonar, o una enfermedad pulmonar crónica obstructiva, típica de los fumadores. En este caso la hidratación es importante para relajar la garganta y evitar picores innecesario;
- Ojos secos: puede ser que estemos pasando demasiado tiempo frente al ordenador, que estemos tomando mucho alcohol (y poca agua) o que estemos en un ambiente muy frío y seco. En menor medida, puede deberse al consumo de ciertos medicamentos (antidepresivos, antihistamínicos) o hipertiroidismo.
- Calambres en las piernas: Cuando pasamos varias horas parados o sentados en la misma posición, usamos tacones altos o no tomamos suficiente líquido se acaban tensando los músculos de la pantorrilla. En menor medida, pueden ser el resultado de anticonvulsivos, antihistamínicos, estrógenos y medicamentos para la osteoporosis.
- Manos frías: si siempre estás con las manos frías puede ser producto del estrés. Cuando estamos estresados, el sistema nervioso se acelera y se contrae la circulación sanguínea. Otra causa de tus manos heladas puede ser el síndrome de Raynaud, que afecta el flujo sanguíneo a las extremidades.
- Los ronquidos: el sobrepeso y comidas muy pesada, sobre todo por la noche. Aunque también pueden deberse a que las vías respiratorias están bloqueadas, lo cual puede ser por alergias, tabique nasal desviado o resfríos crónicos. En este interesante artículo sobre los ronquidos nos da alguna información sobre trucos que nos pueden venir bien.